Las rosas son unas de las flores más apreciadas en todo el mundo. Las especies que componen el género superan el centenar y proceden, en gran parte, de Asia. Es tal el éxito y la pasión que despiertan estas flores, que existen miles de híbridos producidos por la mano del hombre en todo el mundo.
La rosa es la planta del jardín más famosa, además de la flor más usada en la confección de ramos. También son muy valorados los beneficios de su aceite esencial usado en cosmética, perfumería, medicina e incluso gastronomía.
Pero las rosas tienen fama de ser flores delicadas, con cierta disposición a coger enfermedades y plagas. En parte es una fama merecida, pues muchas variedades son realmente sensibles. La mejor forma de evitar este tipo de problemas es incluir criterios de salubridad en el momento de la elección del ejemplar a comprar.
Incluso la más resistente de las variedades puede verse afectada en cualquier momento por uno de estos desagradables hongos que afean su aspecto y debilitan la planta y la floración.
El momento de mayor incidencia se suele dar en primavera, cuando llegan las lluvias y las temperaturas ascienden suavemente. La mezcla de la humedad y el calor es lo que activa las esporas de los hongos que han permanecido latentes durante el invierno, esperando su oportunidad. Los hongos generan distintas enfermedades en las rosas: oidio, roya y mancha negra son, probablemente, las más extendidas.
Enfermedades y plagas más comunes que afectan a las rosas
1. Oidio
El oidio es una de las enfermedades más habituales y graves de las rosas. Esta plaga se reconoce con facilidad por la aparición de un polvo blanco cubriendo las hojas y los tallos.
Si no se trata, el rosal no se desarrollará adecuadamente: las hojas se arrugarán, los capullos morirán y toda la planta se debilitará hasta morir.
2. Roya
La roya aparece normalmente en primavera y se manifiesta por la aparición de pústulas anaranjadas y brillantes en las hojas, las ramas, e incluso en los pedúnculos de las rosas.
Durante el verano las pústulas se extienden y conforme avanza la estación aparecen, además, manchas negras intercaladas con las naranjas. Si no se detiene, la roya se propaga durante la temporada cálida y, en otoño, casi todo el rosal puede estar cubierto por la pudrición.
3. La mancha negra
Este hongo se reconoce por unas pequeñas manchas negras con forma circular que aparecen sobre las hojas, primero en las inferiores y luego en las superiores. Estas manchas se van extendiendo a la vez que la hoja se vuelve amarilla, marrón y finalmente cae.
Junto al oidio y a la roya, es una de las enfermedades más habituales de los rosales y es algo más tardía que aquellas, pues suele aparecer en verano.
Este hongo, a diferencia de los dos anteriores, solamente es capaz de pasar el invierno sobre las hojas muertas y no en el suelo. La mejor forma de deshacerte de él y evitar su aparición la siguiente temporada es eliminar todas las hojas afectadas que han caído y cubren el terreno.
Cómo evitar las enfermedades del rosal
Las enfermedades que los hongos producen en los rosales son complicadas de eliminar una vez que se presentan. Si esto ocurre, lo mejor es intentar retirar todo el material dañado y mantener una buena higiene eliminando las hojas infectadas. Pero si el problema se repite año tras año, seguramente nunca se detendrá y cada temporada se presentarán los síntomas de nuevo.
Para que el rosal pueda hacer frente a cualquier ataque, ya sea de hongos, insectos, virus o cualquier otro tipo de enfermedad, lo más conveniente es no descuidar en ningún momento sus necesidades vitales y mantenerlos bien hidratados y nutridos.
De esta forma que pueda sobreponerse a las adversidades que aparecen cuando llega la primavera, mostrando un follaje verde intenso y una floración esplendorosa.
Eliminar enfermedades fúngicas en las rosas
Si a pesar de haber tomado medidas para prevenir enfermedades necesitas recurrir a fungicidas para conservar un rosal, procura hacerlo con remedios naturales o fungicidas biológicos permitidos en agricultura ecológica que normalmente están hechos a base de cobre y azufre.
Los fungicidas químicos, aunque sean fulminantes y puedan parecer una buena solución a priori, están compuestos de productos altamente venenosos y nocivos, que a la larga acarrean muchos más problemas que los que solucionan.
Si estás interesado en el tema de los fungicidas o crees que tu jardín necesita de su aplicación, no te pierdas esta entrada del blog: “Pesticidas, ¿son necesarios para tu jardín?”
Esperamos que este artículo te haya sido de utilidad para saber un poco más sobre el cuidado de las rosas. Si tienes alguna duda o pregunta, contacta con nosotros. Desde Virgili Paisajismo estaremos encantados de ayudarte en todo lo que necesites.